Revisando viejos archivos de prensa me encontré con Gabriel Salazar defendiendo el modelo asambleísta tan ampliamente usado por los estudiantes secundarios, por los de ahora, por los que lo somos o los que lo fuimos, y quizás durante un buen tiempo, por los que vendrán. Entonces, frente a sus halagos a nuestra forma de organizarnos tan horizontalmente, respetando las voces de todos los compañeros, eligiendo voceros, no dirigentes, es que se me pregunté ¿En cuántas asambleas secundarias habrá estado Gabriel Salazar?
Sinceramente, se necesitan altísimos grados de ingenuidad para sorprenderse por el espectáculo dado por los dirigentes de la Juventud Comunista Vallejo, Cariola y Ballesteros convertidos en candidatos concertacionistas de pleno derecho y, por ende, comprometidos en la defensa esencial de la democracia liberal, digan lo que digan en sus discursos a la base. Tan penoso y evidente es dicho espectáculo que tal vez ha servido de freno para que Jackson y otros se hayan subido con la misma prisa al carro de Bachelet, no sea cosa que la leyenda creada alrededor de estos personajes termine diluyéndose y el proceso de “renovación generacional”se vaya al carajo antes de realizarse.
No soy de los que piensa que en tal o cual autor podemos contrar todo lo teóricamente necesario o todo el conocimiento necesario, ni, de hecho, soy de los que piensan siquiera que en algún autor se puede encontrar todo lo necesario, ni, finalmente pienso siquiera que la suma de todos los conocimientos -obviando la suma y resta que resultaría de las contradicciones que encontraríamos entre los mismos autores- culmine en un conocimiento y en un desarrollo teórico que cumpla con todo lo necesario para cuando se vaya a hablar de política, Estado, revolución, etc.
En la conducta de la casta partidista y su intelectualidad mercenaria frente a la abstención electoral hay un punto que debe destacarse. Por un lado, con pocas excepciones, han primado los juicios lastimosos y hasta apocalípticos sobre las consecuencias de dicho fenómeno para el futuro del régimen, juicios que deberían llevar a cambios de rumbo radicales en las estrategias partidarias. Por otro, a la semana de las elecciones volvieron a actuar como si el universo terminara con aquellos que votaron, que el poder real del país está en sus instituciones formales, y la pelea por los pedazos de la torta municipal ha adquirido ribetes morbosos, situación acrecentada por las irregularidades electorales. Incluso ha partido la carrera presidencial en el oficialismo bajo los parámetros de estupidez a que nos tienen acostumbrados las personalidades ególatras de la Alianza.
En nuestros días se ha desarrollado una contradicción dentro de la democracia liberal, dentro de su comprensión y su significado, contradicción que, por cierto, ha tenido terreno de batalla dentro y entre las organizaciones estudiantiles. Es así como la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) llama a no votar a través de la campaña #YoNoPrestoElVoto, mientras que, posterior a este llamado y de forma total y completamente reaccionaria la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CoNes) llama a votar a través de la campaña #YoLuchoParticipoyDecido.