Suponga usted que ha sido recientemente electo como presidente de uno de los países con el poderío militar mas grande del mundo, pero usted no parece ser “el líder” a la altura de dicho status. Suponga también que tiene al frente a otros presidentes que ostentan su poder sin que ello implique que dispongan de grandes fuerzas militares; o que al reunirse con su principal acreedor, este no lo tome en serio pues le crea incapaz de imponer su voluntad. Suponga que trae consigo una mochila de errores y vergüenzas que debe sacarse de encima, que se ha rodeado de militares y que las grandes corporaciones de la industria militar le presionan. ¿Qué le haría bien?
Para entender el bombardeo de la base área siria de Shayrat, provincia de Homs, zona de constantes enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y sus aliados contra los “opositores moderados” -eufemismo de terroristas y grupos fundamentalistas del Islam- debemos adoptar una visión de conjunto y comprender, a priori, que lo que sucede en Siria no es una simple cuestión local, sino regional, pues involucra directamente e indirectamente a distintos actores, cada cual con su interés propio.
Por un lado se encuentra el gobierno sirio, demonizado especialmente por la prensa pro-norteamericana, con sus aliados iraníes, rusos y diversas agrupaciones paramilitares cristianas y musulmanas, tanto chiitas como suníes. Por otro lado, una variedad cada vez más indescriptible de opositores “no-moderados” y entidades supraestatales como el Frente Al Nusra -que ha cambiado de nombre varias veces, pero sigue siendo la sucursal de Al Qaeda en Siria- y el autodenominado Estado Islamico. Estos grupos son apoyados por las monarquías wahabitas [1] (Arabia Saudita, Kuwait, Catar y Emiratos Árabes Unidos) y el Estado de Israel, que tiene un odio acérrimo contra Bashar al-Asad, que gobierna Siria desde el año 2000, tras fallecer su padre.
También existen los kurdos, concentrados en el norte de Siria e Irak, que pretenden la formación de un Estado propio (el “Kurdistán”), siendo apoyados directamente por Estados Unidos mientras Turquía los combate, a la vez que han acordado pactos de no agresión con los sirios, mientras estos últimos han garantizado cierta autonomía para los kurdos. Lamentablemente, entre los kurdos también hay variedad de facciones, cada cual más radicalizada que la otra y con importante participación de extranjeros en sus filas.
El conflicto en Siria se inició en 2011, en el contexto de la denominada “Primavera Árabe”. El propósito de Estados Unidos y sus aliados era derrocar al “sangriento dictador” al-Asad, el nuevo Saddam Hussein. Es un hecho reconocido por la propia H. Clinton, entonces Secretaria de Estado del gobierno de Obama, que ellos financiaron, entrenaron y armaron -hasta nuestros días- a la oposición siria para conseguir su objetivo. Se provocó, pues, una aparente guerra civil que luego quedó claro tenía tintes muy diferentes, especialmente por la composición de las fuerzas en conflicto: estos opositores, en su mayoría prácticamente, ni siquiera eran sirios, sino que saudíes (30.000 para 2012), turcos (25.000) seguidos por unos 2000 tunecinos, 2000 argelinos, 800 elementos de los países de la antigua Unión Soviética, 350 kuwaitíes, 1300 europeos y estadounidenses, 1100 de indonesia, 400 afganos y 4.500 iraquíes [2]
Así dadas las cosas, para 2013 sucedió el que parecía ser el principio del fin del régimen sirio: el 21 de agosto de dicho año sucedió un ataque químico en la localidad de Guta, suburbios de la capital Damasco. Las acusaciones fueron cruzadas: para unos, el régimen pretendía eliminar a sus enemigos en una maniobra desesperada; para otros, la oposición buscaba la intervención militar extranjera tras casi 2 años de extenuante conflicto.
La mediación diplomática rusa evitó la intervención militar que Estados Unidos y Francia preparaban y años más tarde se estableció que las tropas gubernamentales no realizaron dicho ataque [3] [4]
A propuesta de Rusia, Siria entregó la totalidad de sus arsenales químicos para que fuesen destruidos completamente por Estados Unidos y Rusia, cuestión que fue confirmada por el entonces Secretario de Estado, J. Kerry. Se evitó la escalada del conflicto, pero el gobierno sirio se fue debilitando cada vez mas, especialmente en 2014 con el surgimiento del “Estado Islámico”, que aglutinaba rápidamente cuantiosos recursos y milicianos, y operaba impunemente en el territorio sirio e iraquí.
Desde el inicio de la operación rusa en Siria (30 de septiembre de 2015), el curso de la guerra tanto en Siria como Irak fue cambiando de rumbo. Los avances del gobierno sirio fueron cada vez más notorios y alcanzó su punto álgido en la reconquista de la ciudad de Alepo, uno de los centros urbanos mas grandes de Siria, no sin antes un ataque mediático sin precedentes sobre la delicada situación humanitaria y los múltiples testimonios de “los últimos sobrevivientes” de “la brutal masacre” que habría llevado a cabo el régimen sirio.
Imágenes adulteradas de supuestos bombardeos, videos con despedidas de supuestos activistas que resultaban ser miembros de Al Qaeda en Siria, la triste historia del último payaso de Alepo e incluso hasta un “mannequin challenge” hecho por los “Cascos Blancos” fueron parte del esperpento creado para justificar una intervención militar, esta vez, con la forma de “zona de exclusión aérea” que impidiera a rusos y sirios continuar con los bombardeos. Pero Obama ni sus aliados tomaron una posición firme al respecto, la ciudad fue liberada y actualmente retoma cierta tranquilidad. Nada mas se supo de las supuestas masacres a pesar de que periodistas internacionales concurrieron a la ciudad a investigar tales situaciones y ni un solo gramo de ayuda humanitaria fue recibida por el pueblo de Alepo de parte de los gobiernos anti al-Asad.
Pero el guión era bueno como para desperdiciarlo y la situación crítica de los grupos terroristas en las ciudades de Idlib y Homs ameritaba medidas desesperadas: el gobierno sirio logró arrinconar progresivamente a los terroristas en una bolsa fácil de cerrar. Pero…
El 04 de abril de 2017, en la localidad de Jan Sheijun, provincia de Idlib, el Observatorio de Derechos Humanos Sirio -cuestionado por su falta de objetividad, manejo de fuentes y por corresponder a una sola persona, opositora del régimen- y los “Cascos Blancos” difundían por todos los medios imágenes y videos del que habría sido un ataque químico llevado a cabo por las fuerzas gubernamentales. Rápidamente, los medios pro-norteamericanos difundían a cada momento las horrorosas imágenes, a la vez que distintos “líderes mundiales” condenaban el ataque y atribuían el mismo al régimen sirio, a pesar de no existir mas evidencia que la simple recopilación seleccionada de imágenes y videos difundidos hasta el cansancio.
El ataque plantea una serie de dudas justificadas [5] y es que simplemente no tiene sentido que el régimen sirio haya perpetrado el ataque. La pregunta mas simple es: ¿a quién beneficia esto? Y los hechos recientes confirman que al Estado Islámico, Al Qaeda y sus aliados.
El guión es tan parecido a lo sucedido en Guta el 2013 y en Alepo el 2016, que bien vale un repaso a ciertos hechos de interés:
El 14 de marzo de 2017 se reanudaron “las conversaciones de Astaná”, foro para la paz en Siria en el que intervienen distintos países pero del que se restaron los representantes de “la oposición siria”. A pesar de ello, sus integrantes y observadores consideraban el 2017 como un año para el triunfo de la paz en siria. Turquía, Rusia e Irán, acordaron en Astaná volver a reunirse a principios de mayo, luego de celebrar reuniones de consultas de expertos en Teherán a mediados de abril [6]
El 23 de marzo se inició “Ginebra-V”, la quinta sesión de “consultas sirias” en la ciudad de Ginebra, organizada por la ONU [7]. La oposición está cada vez más dividida y no se incluye a los kurdos por negativa de los turcos. Se establece que las conversaciones se reanudarán en abril.
El 30 de marzo de 2017, el régimen de Trump toma, por primera vez, una posición sobre lo que ocurre en Siria, que podemos resumir en lo siguiente: “Lo que suceda con al-Asad, dependerá exclusivamente del pueblo sirio”. [8] Dicho de otra manera: “que se joda la oposición”.
Días después de esto ocurre el supuesto ataque químico de Jan Sheijun, Idlib, con conclusiones que definitivamente no cuadran [9]
El 06 de abril, la ex candidata presidencial y Secretaria de Estado de los Estados Unidos, H. Clinton declara la necesidad de que Washington elimine las capacidades de la Fuerza Área Siria, desafiando a Trump a tomar medidas o a verse inferior a una mujer que si las habría tomado. Sabido es que Trump es un misógino y la sola posibilidad de "verse inferior" a una mujer le habría humillado ante sus seguidores. [Que quede claro que no somos fans de Trump].
Ese mismo día, Trump se reúne por primera vez con el Primer Ministro chino. Bien sabidas son sus controversias en lo económico y militar. [10]
Como se verá, todo hace presumir que los hechos del 4 de abril sirvieron, por una parte, a los grupos terroristas para que Estados Unidos bombardease la base aérea siria limitando, por ende, su capacidad operativa; a la vez que sirve para:
a) Mostrar que Trump “tiene pelotas” y no se dejó ridiculizar por Clinton
b) Marcar una diferencia con Obama y de paso sacarse de encima, al menos temporalmente, las acusaciones de que Trump colabora Putin.
c) Que el Pentágono tiene la vía libre para hacer lo que se le plazca.
d) Enviar un mensaje a Rusia y China de que el uso de los medios militares es una opción válida para la administración actual. Esto se suma, claro, al incremento presupuestario en el gasto militar.
e) Al terminar el presente artículo, se informa que el “Estado Islámico” inició una contundente ofensiva contra la base área atacada y guarniciones militares sirias cercanas [11]. Si consideramos las múltiples veces que Estados Unidos ha arrojado “por error” pertrechos militares y víveres al Estado Islámico, ¿no queda claro quién trabaja para quién? [12] [13]
Y de paso joder a los pueblos de mayoría cristiana, como Muhrada y As-Suqaylabiya que son atacados continuamente por los grupos extremistas [14]
Estados Unidos DEBE ABSTENERSE de realizar nuevos ataques y CESAR LOS ENVÍOS de pertrechos militares a la zona y RETIRAR SUS TROPAS del territorio sirio.
Turquía DEBE RETIRARSE del territorio sirio, cerrar su frontera sur y dejar de colaborar con los grupos armados que actúan bajo el nombre de la oposición.
Israel DEBE ABANDONAR Altos del Golán, conforme le está ordenado por la ONU [15]