Prensa chilena informa incidentes Liceo Lastarria de Providencia

Cómo superar la crisis del movimiento estudiantil secundario

A principios de mayo se registraron hechos de violencia dentro del Liceo Lastarria, ubicado en la comuna de Providencia, donde se utilizaron artefactos incendiarios (bombas molotov) que concluyeron con un ¿estudiante?[1] lesionado; oportunidad que la prensa no dejó pasar para aludir a hechos similares protagonizados en otros “liceos emblemáticos”, sin dar cuenta de los motivos, demandas o razones que podrían o no existir tras tales hechos. Como nunca antes, la organización estudiantil está en su peor momento, con total irrelevancia en lo político-externo como también lo interno, entre el bajo interés y participación de sus integrantes, ¿cómo resolver esta situación?

Lo anterior no es un antecedente nuevo, ni una casualidad, pues estos actos de violencia son cada vez más comunes dentro de las concentraciones estudiantiles, demostrando que (por mucho que los secundarios insistan en que si) carecen de una base de conciencia revolucionaria real y un propósito rebelde que trascienda más allá de la “mecha”. Como consecuencia directa, cada una de estas últimas concentraciones no ha sido capaz de superar el “octubrismo” y solo han sido reflejo de la falta de relevancia que se les da a esta movilizaciones; como si fuese poco, incluso el mismo ministro Ávila concluye la noticia con estas palabras: "Lo que hemos visto lamentablemente es que estos pequeños grupos interfieren en las clases y en el normal funcionamiento de los establecimientos (…) nosotros hemos respondido a muchas demandas a través del diálogo". 

Pareciese entonces que de manera definitiva, los estudiantes secundarios se encuentran desterrados en un camino ajeno, donde cualquier intento de plantear sus demandas en el escenario político resulta infructuoso. Pero antes de preguntarnos sobre el por qué de esta debacle debemos tener en cuenta ciertos antecedentes.

Desde la revuelta popular de 2019, el foco público tornó su atención hacia la violencia. Situación que al Ejecutivo de la época (como al presente) ha sido agenda obligatoria de leyes que permitan actuar como ente represivo de la movilización y han determinado, como consecuencia, criminalizar en todos sus grados. Ahora ¿en que se relaciona esto con lo sucedido en el Lastarria? Que hoy producto de lo vivido, los sostenedores de los establecimientos educativos (corporaciones y sus municipalidades), tienen más herramientas represivas y sancionatorias que con las que contaban, por ejemplo, en el año 2011.

Es por lo mismo que no genera mayor preocupación que la misma institución educativa haya anunciado su intención de utilizar todas sus herramientas legales (establecida tanto por ley como en sus Reglamentos Internos de Convivencia Escolar -RICE- y que han sido modificadas durante estos últimos años) para dar persecución inmediata a los estudiantes. Según lo señalado a La Tercera, tras el incidente, debido a "la gravedad de lo sucedido", la Corporación de Desarrollo Social de Providencia (sostenedor del Liceo) ha emprendido acciones legales contra todas las personas involucradas, aunque lamentablemente aún no se han identificado a los responsables (Pérez & Gálvez, 2023). Lo anterior es, en efecto, un enfrentamiento entre el sostenedor y sus estudiantes.

La situación actual no solo evidencia años de retroceso para el Movimiento Estudiantil Secundario, sino que también da cuenta ser resultado directo de una “muerte ya anunciada” años atrás (Figueroa, 2015). Esto no solo está afectando a todos los orfanatos políticos existentes (CONES o ACES), que hoy buscan seguir aglomerando estudiantes sin mayores garantías de éxito. Sino que comprueban el nivel de desgaste que ha tenido este movimiento como plataforma, que se ha visto perjudicado durante años por su instrumentalización

Si bien hay una suerte de estrategia comunicativa de las organizaciones estudiantiles (aún) existentes de atribuir la exclusiva responsabilidad a los sostenedores por haberse aprovechado de estas situaciones de violencia; quienes no han respondido y se esconden dentro de las sombras son todos aquellos grupos y facciones políticas autodenominadas "de izquierda" que, en lugar de dotar a los estudiantes de las herramientas políticas necesarias (como debería demandarles la teoría de que tanto les gusta hablar a algunos) para preservar el cuerpo político, han optado por el sencillo camino de la propaganda y han realizado "formación" política con la simple tarea de identificar enemigos comunes bajo una aparente conciencia de rebelión y revolución.

Es interesante analizar que cuando se plantean estos conceptos (rebelión y revolución), se busca de manera constante hacer símil de estas, como tareas pendientes de las movilizaciones de los años 2006 y 2011; pero para aquellas fechas tanto los estudiantes secundarios, como las juventudes de gobierno, si constaban (al menos) con una orgánica suficiente para dar paso a las plataformas electorales que necesitaba la clase política; acción que hoy no es ni remotamente similar y tampoco ha sido capaz de plantear por sí mismo una “agenda política” suficiente que impulse el apoyo ciudadano, que se busca reivindicar e incluso superar.

Frente a estas actuales dirigencias, la panorámica no deja de ser un testimonio vivo de aquella crónica moribunda, con Centros de Estudiantes constantemente destituidos y reemplazados por modelos asambleístas reventados; radicalización de las bases a posturas más anti-políticas y un estudiantado cada vez más desconectado de la participación, con cero sentido de pertenencia y realidad local. Escenarios como este hacen que hoy sea imposible que el “movimiento secundario” pueda plantear alguna coyuntura que convenza a sus bases, ni mucho menos atraiga a la ciudadanía.

Pero entonces, ¿por qué de esta crisis?.

Sin duda que pueden existir un sinfín de análisis sociológicos que puedan brindar hoy por hoy la “vasta academia” de sociólogos del Frente Amplio. Pero sin querer ir más lejos, creo que la evidencia planteada por nosotros durante años es interesante y suficiente, ya que alude a las consecuencias directas de años de abandono en la creación de herramientas reales que permitan la participación y subsistencia del cuerpo político estudiantil.

Se destaca obviamente la contingencia de cada elección con su mayor o menor presencia del partidismo oficialista, pero, en general, el discurso gira sobre la importancia de mantener la rebeldía y trabajar en una revolución, que no solo “quedó” como lo pendiente del 2011, sino que jamás encontró su trascendencia posterior a Octubre de 2019.

Sin embargo, al hablar de la rebelión y la revolución este mensaje tan poderoso y manipulado por los años, ha adquirido un significado diferente en el contexto actual. Ya que como era suponer de las dirigencias “más capacitadas” han logrado comprender la existencia de una autoridad (El Estado y, en lo específico, las corporaciones educativas) que utiliza la disciplina (los reglamentos internos) como las herramientas de “opresión” al estudiante.

En un artículo del año 2013 señalamos: “Los indisciplinados han olvidados que “las insurrecciones no se hacen con piedras y bombas molotov, nos ha demostrado la historia en Rusia, México, China y Cuba, por ejemplo; pero mientras ni siquiera sean capaces de sustentar una estructura organizada y disciplinada con las piedras, entonces que Dios nos libre de que alguna vez llegue un fusil a sus manos. Y eso, que lo mencionado anteriormente se refiere a una insurrección, pues para una revolución es necesario mucho más.” (Silva, 2013). En este contexto, se plantea que esta debacle del Movimiento Secundario es una consecuencia predecible de la falta de una estructura organizativa sólida y de la instrumentalización política partidista que ha sufrido durante los años.

Empero, esta indisciplina de ciertos dirigentes no puede ni debe confundirse con rebeldía real ni por una actitud revolucionaria. La rebelión (según la perspectiva de Camus) es una actitud fundamentalmente personal y moral que consiste en la resistencia consciente y activa ante la injusticia y la opresión. Para aquello la rebeldía debe trabajar en objetivos claros que permitan preservar los valores fundamentales de nuestra especie, como la dignidad, la libertad, la igualdad y la justicia. Es por ello que la rebelión no busca necesariamente un cambio político o social específico, sino una transformación moral y cultural de la sociedad en su conjunto, aquella actitud que también demandaba Lenin cuando planteaba la necesidad de que los revolucionarios desarrollen una conciencia revolucionaria y una comprensión clara de las condiciones opresivas existentes.

Por otro lado, la revolución se refiere a un cambio político o social radical y abrupto que busca instaurar un nuevo orden. A diferencia de la rebelión, la revolución es una acción colectiva que tiene como objetivo lograr un cambio estructural que trascienda en la sociedad para transformar las condiciones de vida. La revolución no es una simple reacción de la rebeldía de una masa, sino una actitud consciente y moralmente fundamentada; por eso hay que tener mucho cuidado con los agentes reaccionarios que confunden.

Por lo tanto para hablar de rebeldía hay que hablar actitud constante y una lucha permanente contra la opresión y la injusticia que sea capaz de trascender en una transformación cultural revolucionaria. Porque la negación a esta constancia puede convertirse en una forma de acción que a menudo conduce a generar mayor violencia y mayor opresión. Los revolucionarios de verdad no pueden justificar sus acciones en nombre de una causa que no crean, como tampoco pueden considerarse superiores a las personas que, precisamente, buscan defender.

Es necesario en adelante, ser críticos… en especial en estos días con que el Movimiento Estudiantil Secundario ha olvidado la verdadera razón de la rebelión y, con ello, no ha sido capaz de descubrir la importancia detrás del rol del estudiante. Por esto mismo, hoy mucho más que ayer, no se le puede dar espacio ni tribuna a los grupos y facciones políticas partidistas que, en lugar de proporcionar las herramientas necesarias, han optado por crear enemigos comunes y utilizar la conciencia de la rebelión como un medio simplista de enfrentamiento.

Los estudiantes NO PUEDEN, NI DEBEN SER CARNE DE CAÑÓN DE CAUSAS HUÉRFANAS.

El estudiante es un agente político más de la nación, integra el cuerpo social estudiantil y, como tal, debe ser consciente de su rol para forjar una revolución significativa y trascendente. Es por esto mismo, que es importante reconocer que la rebelión por sí sola no basta. La mera resistencia y protesta no conducen necesariamente a un cambio duradero. Aquí es donde entra en juego el trabajo pendiente de la conciencia en rebelión: la construcción de una revolución verdaderamente significativa. Debemos dotar al estudiante de herramientas que le permitan enfrentarse de manera simétrica y sin miedo a sus opresores, para que sus ideas de transformación no se pierdan y sean el motor necesario para impulsar el trabajo pendiente de la revolución nacional.


Abstract: At the beginning of May, violent events took place inside the Liceo Lastarria, located in the Providencia commune, where incendiary devices (Molotov cocktails) were used, resulting in the injury of one student; an opportunity that the press did not miss to allude to similar events in other "emblematic high schools", without giving an account of the motives, demands or reasons that may or may not exist behind such events. As never before, the student organization is at its worst moment, with total irrelevance in the political-external as well as the internal, among the low interest and participation of its members, how to solve this situation?

Palabras clave: movimiento estudiantil, organización estudiantil, sindicalismo estudiantil, estudiantes secundarios, Liceo Lastarria


Notas y referencias (por orden de utilización):

[1] A la fecha no está claro si era o no estudiante, y las versiones, contrapropuestas, aluden a la presencia de personas externas al cuerpo estudiantil.

Pérez, Graciela & Gálvez, Roberto. (2023, 02 de mayo). Incidentes terminan con un joven alcanzado por bomba molotov en Liceo Lastarria: establecimiento anuncia medidas de control de ingreso. La Tercera. https://www.latercera.com/nacional/noticia/incidentes-terminan-con-un-joven-alcanzado-por-bomba-molotov-en-liceo-lastarria-establecimiento-anuncia-medidas-de-control-de-ingreso/YTGHDGGUDZEFPNB2ANMT5ADCPU/

Figueroa, César. (2015, 07 de agosto). Ya no basta con pedir. MRNS. https://mrns.cl/ideas/est/mov-secundario  

Silva, J. (2013, 05 de agosto). ¡¿Revolucionarios?! ¿Dónde?. MRNS. https://mrns.cl/act/nac/revoltucionarios

Camus, Albert. (2021). El Hombre Rebelde. DeBolsillo.

Te puede interesar

Sobre nosotros

logo oficial del mrns

El Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista (MRNS) es la organización política que lucha por el establecimiento de un nuevo Estado y la forja de una nueva cultura en Chile e Indoamérica toda, basados en la unidad y la justicia; con miras a posibilitar la realización de todas las personas y comunidades, mediante el desarrollo y ejecución de un proyecto revolucionario de nación.

Enlaces de interés

Memoria Chilena - Sitio web dedicado a nuestra cultura con abundante material histórico disponible en versión digital y de libre descarga.

Biblioteca Pública Digital - Miles de textos disponibles, públicamente, para su lectura.

Ondamedia - Plataforma chilena con más de un millar de producciones nacionales gratis.


ISSN 2735-6450

Buscador

Nuestras redes sociales