La facilidad de las izquierdas para inventar historias truculentas, pero muy efectistas es innegable, casi par a la creación de consignas irracionales. Basta un poco de análisis de tales historias para encontrar su debilidad y desmontarlas, pero como ellos insisten una y otra vez en repetirlas siempre hay un efecto residual en las comunidades. Entre los temas del momento, para avivar el tóxico ambiente del cincuentenario, se encuentra la reedición de un viejo conocido: la malvada derecha y el acaparamiento durante los años de la Unidad Popular.
Unos datos:
1. Durante la UP, la mayoría de las empresas productivas -que no eran demasiadas tampoco- fueron expropiadas e integradas en el Área de Propiedad Social.
2. Las empresas así obtenidas fueron prorrateadas entre los partidos de la UP, los que nombraban -de entre sus militantes- interventores para mantenerlas operativas. El valor de esas empresas, en la práctica, se dividía en tercios: el partido, el interventor y los compañeros trabajadores. Por ello, prontamente terminaron desfinanciadas, debido a que el ciclo productivo les era, en general, una sistematización desconocida.
3. El canal de distribución de las mercaderías de las empresas del área social era DIRINCO, repartición del ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, obviamente servida por miembros de los partidos de gobierno.
Esto lo confirma el estudio de Boris Cofré, de 2008: “Otros problemas importantes eran el sectarismo y la corrupción de algunos dirigentes de JAP vecinales, que distribuían primero a sus “cercanos” y luego al resto la población, y la “especulación” de algunos comerciantes, vinculados o no a la oposición, que no respetaban el sistema de distribución estatal y acaparaban productos para venderlos por sobre el precio oficial. En esta comuna existían nueve JAP vecinales, dos de ellas eran dirigidas por militantes democratacristianos y siete por dirigentes de la UP”
4. En abril de 1972, se crearon las JAP para mejorar la distribución minorista de los alimentos esenciales que ya empezaban a escasear, lo que al final se transformaría en una tarjeta de racionamiento. Según se dijo la adhesión a las JAP era voluntaria. El compromiso de gobierno era garantizar la entrega de una canasta básica, integrada por 30 productos (Giusti, 1975).
5. Con posterioridad al paro de octubre de 1972, que había incrementado el desabastecimiento, partidarios del gobierno tomaron lentamente el relevo de los transportistas privados para distribuir las mercaderías a lo largo del país (Giusti, 1975). Organizados pasaron a denominarse MOPARE (Movimiento Patriótico de Renovación). Su actividad duró hasta el 11/09/1973.
6. La táctica gubernamental para justificar la ausencia de productos de 1ª necesidad en los establecimientos comerciales fue acusar a la derecha de estar acaparando dichas mercaderías, las que se guardaban en grandes galpones o en las casas del Barrio Alto (Daniel Vergara dixit). En Televisión Nacional se mostraron un par de denuncias y decomisos al respecto.
Una conclusión apresurada: el gobierno UP producía, distribuía y controlaba la comercialización, pero la derecha acaparaba.
Cualquier ser con inteligencia promedio podría notar que hay un abismo lógico entre los datos y la conclusión. Pero a los propagandistas de la UP, actualmente, les basta una frase de un documento norteamericano desclasificado recientemente para dotar de verdad a su denuncia. El documento mencionado es la minuta en que se delinea el plan presidencial del gobierno Nixon contra la implantación del socialismo en Chile, en una de cuyas recomendaciones se exige que “la economía chille” (Kornbluh, 2023).
La versión precedente podría tener un respaldo concreto si, durante la UP, el mercado hubiese sido realmente libre, pero no, estaba controlado por el propio gobierno, el que también tenía en sus manos la importación de alimentos. La economía chilena crujía, pero el error era interno por su tonta prisa en apoderarse de todo el aparato productivo. (Lo que ciertamente recuerda las declaraciones del entonces secretario general de Revolución Democrática, hoy Embajador ante Brasil, Sebastián Depolo: “vamos a meterle inestabilidad al país porque vamos a hacer transformaciones importantes”).
Ahora bien, la existencia incuestionable de un activo mercado negro da para varias observaciones que poco tienen que ver con las maniobras de las derechas por convencer al compañero presidente que su proyecto revolucionario se caía a pedazos por sus propios errores e, incluso, con una menor intervención de la CIA en el área productiva, a cuyas empresas principalmente le faltaban repuestos que preferentemente provenían del mercado anglo-sajón.
De tal modo, si el gobierno tenía los engranajes productivos y de distribución de la economía una explicación posible para la existencia del mercado negro es que desde los propios partidos de gobierno se digitaba la operación para recoger, por ejemplo, las divisas que andaban escasas en el país. Para 1973, los que podían adquirirlos pagaban hasta cuatro veces el valor oficial de la divisa.
Pensar que los almaceneros que recibían las mercaderías se dedicasen a una operación perfectamente coordinada de acaparamiento a gran escala requería de un nivel avanzado de organización, lo que por cierto superaba sus propias capacidades. Bien que sería natural aceptar que podrían desviar pequeñas cantidades para clientes selectos, como una acción de hormiga considerando el control que se ejercía sobre la entrega, aunque a las JAP no las fiscalizaba nadie distinto de la DIRINCO.
Del mismo modo, suponiendo que esas pequeñas cantidades se recanalizaran hacia el empresariado de derechas, habría requerido crear poderes compradores con recursos casi ilimitados, mas la CIA -principal culpable de todo- como proveedora nunca ha sido tan generosa con sus aportes y de haberlo realizado hubiese impactado de manera importante el mercado de divisas con una sobreabundancia de moneda extranjera y un bajo valor de cambio. Pero no hay registro público que tal hecho ocurriese. Y, además, como se dijo, la competencia por obtener dólares lo elevaba a valores altísimos por la dificultad para conseguirlos.
Con todo, los acaparadores fuesen de derechas o de izquierdas, empresarios, pequeños comerciantes o funcionarios públicos, lo cierto es que ni la militancia ni el deseo personal de enriquecimiento desmerecen el delito.
Pese a todo lo dicho, fue real que desde el 12 de septiembre los almacenes en sus estanterías lucían los esquivos productos que hasta el día anterior eran inexistentes. ¿Magia? Por supuesto que no. La supervivencia del capitalismo es esencial para una idiosincrasia marcadamente individualista como la nuestra, que sólo se pone en modo de pausa mientras alguna gran calamidad nos llega -“de castigo divino”- de tanto en tanto para descubrirnos solidarios. Sólo por medir la temperatura actual sobre el tema, que conmueve una fracción del alma del primer mandatario, bastaría salir a la calle y preguntar a los comerciantes informales si desean la muerte del capitalismo.
Por último, la logística para abastecer el país, de norte a sur, en 24 horas resulta compleja, incluso en tiempos normales. Pensar que los camiones que se encontraban en los apostaderos -para evitar los Decretos de Requisición- fueron puestos a punto en pocas horas (rearme de motores, carga de combustible, etc.) y pudieron recoger las mercaderías fabricadas recién el día anterior, llegando en breve tiempo a sus destinos no lo hace ni Mandrake ni algún imitador contemporáneo.
Valga tener presente las palabras del compañero Patricio Palma, Director Nacional de Industria y Comercio del Ministerio de Economía durante el Gobierno de la Unidad Popular: “Entonces, yo creo que es una de las experiencias que vale estudiar a fondo, pero es una experiencia difícil de estudiar porque en las JAP se reflejan tanto los aciertos, los éxitos de la Unidad Popular, como también los errores que cometimos. Cuando uno examina la JAP, también tiene que estar dispuesto a hacer su crítica. Yo te dije al principio que había estos riesgos y estos riesgos no fueron resueltos igualmente bien, igualmente rápido y, además, también se cometió con las JAP un…digamos, se proyectaron las JAP más allá de lo que podían hacer en ese nuevo momento político. Porque la JAP no podía resolver todo el problema, DIRINCO no podía resolver el problema del mercado negro, el Ministerio de Economía no podía resolver el problema económico directamente, porque allí topábamos con la solución del problema político” (Gaudichaud, 2003).
En conclusión, el acaparamiento de mercaderías a pesar de cualquier intento de las partes, más que una táctica bien tramada para coadyuvar al derrocamiento del gobierno popular, se asemeja a un aprovechamiento de ocasión de todos los que -en el fondo de sus almas- sienten verdadera devoción por el mercado y sus “leyes”, bien que les cueste confesarlo.
Abstract: The facility of the left to invent truculent but very effective stories is undeniable, almost equal to the creation of irrational slogans. A little analysis of such stories is enough to find their weakness and dismantle them, but as they insist on repeating them over and over again there is always a residual effect on the communities. Among the themes of the moment, to stoke the toxic atmosphere of the fiftieth anniversary, is the reissue of an old acquaintance: the evil right wing and hoarding during the years of the Unidad Popular.
Palabras clave: Unidad Popular, gobierno de Allende, historia de Chile
Notas y referencias (por orden de utilización):
Schmeisser, Boris Cofré. (2018). La lucha por “el pan” y la defensa del “gobierno popular”: las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios en la Vía chilena al socialismo. Izquierdas, (41), 224-249. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-50492018000400224
Giusti, Jorge. (1975). Participación popular en Chile: antecedentes para su estudio. Las JAP. Revista Mexicana de Sociología, Vol. 37, No. 3 (Jul. - Sep., 1975), pp. 767-788
Kornbluh, Peter. (2023). Pinochet desclasificado. Catalonia
Vallejos, Leonardo. (2021, 01 de noviembre). Depolo y posible gobierno de Boric: "Vamos a meterle inestabilidad al país porque vamos a hacer transformaciones importantes". EMOL. https://www.emol.com/noticias/Nacional/2021/11/01/1037033/rd-inestabilidad-boric-transformaciones.html
Gaudichaud, Franck. (2003). El naciente poder popular durante el gobierno de Allende, Alternativa, 20, Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz. http://www.archivochile.com/Mov_sociales/Doc_gen/MSdocgen0022.pdf