Estaba pensando que Evelyn Matthei ha sido una de las grandes decepciones de lo que yo consideraba una mujer inteligente... venir y decir a estas alturas de la movilización del descontento social, que esto se debe más que nada a una “acción concertada para derrocar al gobierno de Piñera, por parte de aquellos que sólo quieren volver al poder... “, no puede atribuirse a otra cosa que un problema de carácter neuronal, bien podríamos decir que es una patología “sináptica”.
El Ministerio de Educación sigue engrasando los “ejes” de la carreta, en el que hemos denominado “réquiem para una esperanza de cambio en la educación chilena”. Ello, porque los cuatro “ejes” planteados serán para mantener en marcha la misma carreta...
Se ha dado el peor escenario que podía esperar el gobierno de Piñera frente a las “marchas” de la comunidad estudiantil, el presidente no debiera haberle hecho caso al ministro Hinzpeter ni a Zalaquett, el ditirámbico Señor del Feudo Santiaguino. No deja de tener razón el papasnatas que dirige el Colegio de Profesores, cuando compara la represión ordenada por el ministro del interior con "el apartheid, represión propia de movimientos sionistas, con métodos propios de Israel".
El pasado cinco de julio, el Presidente de la República, Sebastián Piñera Echeñique, junto con el Ministro de Educación, Joaquiín Lavín Infante, se dirigieron a la comunidad nacional e internacional para realizar una serie de anuncios a propósito de las movilizaciones estudiantiles. Pero, lamentablemente, como muchos de nuestros compatriotas no entienden lo que leen, es esperable que no entiendan lo que escuchan. Revisemos, con peras y zalfate, que hay detrás de este discurso. Un vistazo a la rápida.
“¡Mañana haremos historia!”;“¡Estamos haciendo historia!” son consignas habituales en política. Hoy, por ejemplo, las oímos con frecuencia en boca de quienes dicen defender la educación pública: los estudiantes. Basta una primera y veloz mirada para ver el gran designio que contienen con gran simplicidad; y para ver que ellas no llaman la atención por sí mismas. Parecen cualquier construcción a partir de palabras; pero, en realidad, no lo son.